1.-Componentes y fabricación:
• Acero: es una combinación de hierro y carbono, y aunque puede alearse con otros elementos para conseguir unas propiedades particulares (como en herramientas y/o cuchillería), nuestras espadas están fabricadas de forma totalmente tradicional utilizando acero al carbono (no inoxidable), aunque existe la posibilidad de fabricar con otros aceros – a gusto del cliente-.
• Forja: una vez seleccionado un buen acero procedemos a forjarlo colocando el acero en la fragua bien arropada por el mineral para conseguir que junto con la entrada de aire el acero coja la temperatura deseada. Normalmente el espadero, siempre, sabía la temperatura por el color del acero
- color paja: 200ºc -215ºc aproxim.
- Color paja oscuro: 215ºc – 230ºc aproxim.
- Color paja rojizo: 230ºc – 260ºc aproxim.
- Azul violeta: 260ºc – 300ºc aproxim.
A partir de esta temperatura el acero se vuelve gris hasta que pasando de nuevo por el azul violeta empieza a aparecer el rojo:
- rojo tenue: 500ºc – 550ºc
- rojo oscuro 550ºc - 860ºc
- rojo cereza 860º - 1000ºc
- rojo claro 1000ºc-1200ºc
- rojo blanco 1200ºc – 1400ºc
Normalmente la temperatura de forja ideal es rojo cereza o máximo el rojo claro 800ºc -1200ºc, sin llegar al rojo blanco en que el acero se vuelve pastoso llegando en poco tiempo a su punto de fusión. Una vez conseguida la temperatura deseada rápidamente sacamos el hierro de la fragua y lo colocamos sobre el yunque procediendo a golpear con el martillo para estirar y trabajar poco a poco la forma y longitud que buscamos. Cómo la duración el rojo es breve, para fabricar una hoja tendremos que hacer repetidas caldas, para poder seguir trabajando el hierro. Mediante la forja se endurece el metal pero se le va cambiando la estructura, los martillazos van comprimiendo los cristales del hierro (todos los metales tienen una estructura cristalina) uniéndolos entre sí para conseguir un determinado punto de dureza, pero si se sobrepasa, comenzará el debilitamiento del metal. Este punto es esencial, porque si no se alcanza, el metal no será tan duro y si se supera, se podrán producir fracturas.
Una vez terminada la forja, procedemos al temple.
2.- Temple:
Partiendo de un buen acero y una buena forja, la fase mas importante en una hoja de acero es el tratamiento térmico, conocido popularmente como “Templado o enfriado”.
El primer paso del tratamiento térmico es conseguir la temperatura “crítica” (a partir de la cual, el acero cambia su estructura a austenita, en preparación del endurecimiento). Al mantener la temperatura un cierto periodo de tiempo, se provoca el austenizado del acero, que es su estado básico, en el cual la aleación se disuelve uniformemente en hierro. El tratamiento térmico es uno de los factores que determinan el grano del acero (tamaño físico de los granos de austenita).
Durante el austenizado el tamaño del grano puede cambiar debido a consideraciones térmicas y de forja. Por ejemplo, para hojas de chuchillo o herramientas de corte es preferible una estructura de grano fino porque aumenta la retención del filo y mejora el acabado final de la hoja. El acero enfriado rápidamente aumenta al máximo la dureza del mismo, lo que resulta quebradizo. Por lo tanto procederemos a dar un segundo temple o revenido a fin de distender sus moléculas y quitar dureza al acero. La temperatura de revenido suele ser entre 260 -300ºc.
Para espadas de combate es preferible utilizar una hoja mas blanda para evitar fracturas, mientras que para cuchillería es mejor un acero mas duro.
Normalmente la mayoría de fabricantes de espadas de combate templan entre 48-52 Rockwell de dureza. Una buena espada de combate ha de tener tenacidad para resistir impactos sin sufrir fracturas y ductilidad, para deformarse sin romperse. Por lo tanto una gran tenacidad disminuye la ductilidad.
El templado puede realizarse con agua o aceite, aunque suele usarse agua para el templado y aceite para el revenido.
3.-Acicalado o pulido:
Una vez forjada y templada la hoja, esta presenta un aspecto basto llamado bruto de forja. Para un buen acabado sometemos la hoja a la acción de la muela, haciendo los vaceos, filos y terminación de la punta, pasando cada vez a muelas y lijas cada vez mas finas, hasta terminar con un pulido al espejo, que endurece la hoja y evita la oxidación rápida.
4.-Lima:
Con este proceso se trabajan los detalles que nos interesen, como la cruz de la espada o los rompe-puntas en las hojas.
4.-Montaje y acabado:
Una vez terminada la hoja montaremos la cruz, el puño de madera y el pomo pasando todas las piezas a través de la espiga de la hoja (parte final de la hoja estrechada para albergar la empuñadura), que sobre todo en las espadas de uso deben ser fuertes (mínimo 3cm de ancho x 5mm de grueso), sin ningún tipo de soldadura y debe ser mas blanda que el resto de la hoja.
Para finalizar la espiga se remacha fuertemente sobre el pomo.